Damos por terminada esta Orbea de medio paseo. No tenemos mucha información sobre ella, sabemos que en su día se fabricó como bicicleta con frenos de varilla, como delatan las marcas de haberse cortado los soportes para los puentes de freno así como de las bieletas y demás anclajes de este tipo de sistema de frenado, y que acabó equipándose como bicicleta de carreras. En cuanto al cuadro, por el tipo de racores utilizado y medidas, de media carrera o medio paseo en talla 700B, lo datamos a finales de los años ´50.
Normalmente intentamos restaurar las bicicletas a su estado original pero en este caso y viendo la de cambios que había sufrido a lo largo de los años decidimos llevar a cabo una conversión a bicicleta de paseo, eso sí, cuidando la imagen y dándole nuestra característica estética de Leopolda, esto último lo decidí por ser la última bicicleta en incorporarse a la colección antes de que nos dejara nuestro amigo Leopoldo, con ella le rendiría mi particular homenaje al orejotas de la familia.
No es la más ligera, ni la más bonita, ni la mejor acabada, de hecho la pintura tiene una calidad muy escasa porque decidí pintarla en el jardín de casa en mi tiempo libre, la mayoría de los accesorios que lleva son los que tenía guardados de «recuerdo» por ser los primeros que hicimos hace muchos años cuando empezamos a restaurar bicicletas, al igual que muchos de los componentes, usados que salieron de cajas olvidadas en el almacén. Pero a pesar de todo creo que es la bicicleta con más ilusión que he preparado en mucho tiempo, tanto es así que no pude terminar el día de mi cumpleaños sin pasear por primera vez en ella, llevando por supuesto la indumentaria Leopolda «oficial».
Aquí se puede cuando llegó a nuestro estudio-taller y bajo estas líneas el resultado final.